Entre otras cosas, estarían los colimar prismaticos bresser 11×56, que generalmente se tratan de prismáticos binoculares que ofrecen un alto grado de nitidez y que poseen una alta calidad en su lente.
El más grande aumento posibilita imágenes estupendas de la Luna o de estrellas dobles abiertas. Los elementos más enormes se ven bastante oscuros, aunque considerablemente más detallados que con los precedentes. El campo tiende a ser achicado, cerca de 3.5º, razón por la que resultan más bien bien difíciles de apuntar y ver a pulso. Un trípode es infaltante, ahora que el escaso peso vuelve imposible omitir temblores en la imagen. Por otro lado, numerosos elementos pequeños y enclenques, que comúnmente destacan poco del fondo, se ven mejor que con otros prismáticos de abertura superior y menor incremento.
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La calidad de las imágenes es bastante peor que la de los prismáticos con incrementos fijos. Con un campo de visión ajustado las imágenes no serán panorámicas y te complicará la ubicación de elementos —buscar estrellas en el cielo o seguir aves mientras que vuelan—. Los prismáticos son un instrumento óptico que te facilita ver objetos lejanos como si estuvieses más cerca. La primordial diferencia con un telescopio es que puedes mirar con los dos ojos al unísono.
En cuanto a llevar a cabo foco, los binoculares suelen tener un mecanismo entre las lentes en la parte superior que tiene la posibilidad de tener una rueda o bien una tecla de enfoque, habrá que escoger a gusto que sistema nos resulta más práctico. Otro tema a tomar en cuenta es el ocular, recomendamos los que tienen lentes retráctiles (se extienden hacia atrás) o protector de goma, esto distancia el lente de salida del ojo entre 15 y 20 mm, distancia ideal.